Esta serpiente que pertenece al género de los Crotalus, es precisamente el cascabel que trae al final de la cola. Lo utiliza para simular un gusano y de esa manera atraer a sus presas. La cascabel habita principalmente en climas secos, pero también se le encuentra en bosques, en terrenos arenosos y en las costas. La mayor población de la serpientes de cascabel se encuentra en Arizona y hacia abajo, en México, ellas prefieren las regiones que sean cálidas y secas, esto es por qué viven también en las zonas desérticas. Su mordedura afecta los tejidos y puede ser letal para los seres humanos, si no son atendidos con prontitud. En situaciones de peligro estas serpientes se suelen enrollar y poner el cuello en forma de «S» para poder atacar más velozmente. Con su cola emiten un sonido de aviso.
La serpiente de cascabel es reconocida como la serpiente más venenosa de Norteamérica. Algunas especies pueden alcanzar hasta 2,5 metros de largo, y los 4 kg de peso. Según la especie exacta, tienen un cuerpo delgado y compacto. Su cabeza es más bien plana y se distingue claramente del cuello. El centro del cuerpo está rodeado de escamas que están colocadas en 21 – 29 filas. El color de fondo de esta familia va de amarillento a verdoso, rojizo a pardo e incluso negro. Una fila de manchas oscuras de forma romboédrica pasa por la espalda y los laterales.
Las ratas y los ratones constituyen la dieta de la serpiente de cascabel. También consumen insectos y pájaros, van a morder e inyectar el veneno en el cuerpo de la presa y luego dejarlo ir, para algunos tipos de presas más grandes las siguen y esperan a que el veneno la deje inmóvil.